»La arquitectura fractal Los cuerpos en la naturaleza no pueden ser descritos apropiadamente en
términos de la geometría Euclidiana que todos manejamos normalmente. En
este sistema, objetos tales como árboles, montañas, nubes, etc, serían
simplificados a simples poliedros regulares.
En 1975 el matemático franco-americano Benoît Mandelbrot introduce el
término fractal, derivado del latín fractus, que significa roto o fracturado, para
referirse a un tipo de geometría que estudia objetos no convencionales,
tratando de encontrar algoritmos con los que pueda describirse su forma.
Los fractales son objetos de cualquier tipo, en los que su superficie es irregular,
pero en la cual esa irregularidad se repite geométricamente en diferentes
escalas. Poseen ciertas características: son ásperos y rugosos; son
autosimilares, es decir que la estructura tendrá los mismos elementos básicos,
ya sea visto como un conjunto, o analizando sus partes; son infinitamente
complejos, pero se desarrollan a través de iteraciones, lo que permite
estudiarlos por medio de secuencias y dependen de las condiciones iniciales
en que fueron creados.
Los verdaderos fractales matemáticos son aquellos que parten de un objeto
llamado iniciador, que se reemplaza por un generador, en algún tipo de
repetición.
Artísticamente, este concepto puede ser aplicado en términos de composición y
dimensión de una obra. Nuestro buen amigo Piet Mondrian exploró ambos
lados del espectro geométrico en sus pinturas, el Euclidiano y el fractal.
En arquitectura, el concepto de fractal puede apreciarse en estilos tales como
el gótico, donde el elemento determinante era el arco apuntado, y donde se
observa una secuencia en los elementos de la fachada. Un ejemplo sería la
Catedral de Reims.
O la manera en que está proyectado un rosetón.
En el Castillo del Monte, el iniciador es un octágono, y este se repite agregándole octágonos de menor dimensión en los extremos del primero. Para el estudio de Joe Price, en Bartlesville, Oklahoma, el arquitecto Bruce Goff utilizó como iniciador un triángulo equilátero, y lo repitió en diferentes escalas y rotaciones, para diseñar la planta.
términos de la geometría Euclidiana que todos manejamos normalmente. En
este sistema, objetos tales como árboles, montañas, nubes, etc, serían
simplificados a simples poliedros regulares.
En 1975 el matemático franco-americano Benoît Mandelbrot introduce el
término fractal, derivado del latín fractus, que significa roto o fracturado, para
referirse a un tipo de geometría que estudia objetos no convencionales,
tratando de encontrar algoritmos con los que pueda describirse su forma.
Los fractales son objetos de cualquier tipo, en los que su superficie es irregular,
pero en la cual esa irregularidad se repite geométricamente en diferentes
escalas. Poseen ciertas características: son ásperos y rugosos; son
autosimilares, es decir que la estructura tendrá los mismos elementos básicos,
ya sea visto como un conjunto, o analizando sus partes; son infinitamente
complejos, pero se desarrollan a través de iteraciones, lo que permite
estudiarlos por medio de secuencias y dependen de las condiciones iniciales
en que fueron creados.
Los verdaderos fractales matemáticos son aquellos que parten de un objeto
llamado iniciador, que se reemplaza por un generador, en algún tipo de
repetición.
Artísticamente, este concepto puede ser aplicado en términos de composición y
dimensión de una obra. Nuestro buen amigo Piet Mondrian exploró ambos
lados del espectro geométrico en sus pinturas, el Euclidiano y el fractal.
En arquitectura, el concepto de fractal puede apreciarse en estilos tales como
el gótico, donde el elemento determinante era el arco apuntado, y donde se
observa una secuencia en los elementos de la fachada. Un ejemplo sería la
Catedral de Reims.
O la manera en que está proyectado un rosetón.
En el Castillo del Monte, el iniciador es un octágono, y este se repite agregándole octágonos de menor dimensión en los extremos del primero. Para el estudio de Joe Price, en Bartlesville, Oklahoma, el arquitecto Bruce Goff utilizó como iniciador un triángulo equilátero, y lo repitió en diferentes escalas y rotaciones, para diseñar la planta.
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